El
engaño.
Estoy
confundido, resulta que todos estamos engañados mediante una forma de pensar
que nos obliga a ver lo que vemos y a ser lo que somos, que esa forma de pensar
a convertido la mitad izquierda de nuestro cerebro en una ciudad moderna y
avanzada y a dejado el lado derecho en la edad de piedra, la que piensa por
sobre la que siente, y que la realidad que vemos a diario está sometida a lo
que creemos intelectualmente como lógico y no a lo que sentimos como verdadero,
y como lo que entendemos está sometido a lo que nos han enseñado durante toda
la vida pues entonces vivimos engañados. Sentir, podemos pasar horas sin sentir
nada particularmente llamativo y sin embargo no paramos de pensar, de
preocuparnos, de sacar conclusiones innecesarias, de calcular todo lo que nos
rodea. La idea principal de todo esto es que pensar contribuye, aporta,
mientras que sentir solo es una vulgar consecuencia. Pensar es voluntario y
sentir es inconsciente. Todos podemos encontrar natural esto hasta que
consideras que el hemisferio izquierdo de tu cerebro es un hombre moderno e
informado y el derecho un Neandertal que aún funciona por instinto. La pregunta
es: ¿De qué nos estamos perdiendo?... ¿cómo sería todo si ambos lados tuvieran
el mismo desarrollo? Así como entendemos las emociones actualmente, no seduce
mucho la idea de desarrollar esa parte que siente, lógicamente es más eficiente
saber y pensar, ahí está lo productivo. Pero volvemos al engaño. Las
impresionantes fotos del científico japonés Masaru Emoto dejan con la boca
abierta a más de algún desprevenido, yo incluido, para quien no está enterado
del trabajo de este señor, le diré que se dio el trabajo de fotografiar
moléculas de agua congeladas, pero con la particularidad de someterlas antes a
pensamientos, emociones u oraciones espirituales. Lo increíble que descubrió
fue que las muestras de agua expuestas a un simple “gracias” o un “amor” se
formaban cristales hermosos y simétricos, mientras que las que recibieron
palabras y emociones de odio o miedo terminaron amorfos y feos, esto independiente
de la calidad del agua que usó. Las emociones modificaron la materia, esto es
particularmente interesante si recordamos que nosotros mismos somos materia y
muy especialmente un ochenta por ciento agua. Yendo más allá, no existe ninguna
duda de que absolutamente todo en el universo, incluyéndonos, está hecho de lo
mismo y de que esa materia universal se reduce a energía y vacío. Lo
interesante es que nosotros tenemos una cosa que no está en todas partes,
consciencia, y no es descabellado pensar que es esta la que determina el orden
de todo lo demás y que el lenguaje de la consciencia son las emociones y estas
nacen del pensamiento el cual está influenciado por lo que nos han enseñado, el
engaño. No existe otra razón para la cual estar dotados de consciencia, Descartes
dijo “Pienso, luego existo” sin cuestionar al filósofo ¿no suena mejor decir “Siento,
luego existo”?
Últimamente se ha llegado a la
conclusión de que solo existen dos emociones de las que se desprenden todas las
demás, el amor y el miedo, es decir que todo lo agradable que podemos sentir
nace del amor y todo lo desagradable es consecuencia del miedo, volviendo a la
idea de que lo que sientes modifica la materia física, podemos decir que el
miedo y todos los sentimientos destructivos que genera como el odio, el rencor,
la depresión, “crean” un entorno favorable a si mismos e incluso nos
predisponen físicamente para vivir con ellos y para ellos, crean un entorno que
fabrica más miedo. Entonces no es un estímulo externo ajeno a nosotros el que
hace brotar instintivamente nuestras emociones, como el lado izquierdo de
nuestro cerebro asegura, si no que si generas miedo, recibes miedo, si generas
odio, recibes odio, esto no es algo nuevo, siempre lo hemos sabido, “Lo que
recibes, es lo que das”; “Cosechas lo que siembras” solo que la lógica de
nuestro pensamiento le quita veracidad a este concepto y lo vemos solo como una
metáfora utópica, pero no es así, nosotros somos los creadores de nuestra
realidad, recuerda que todo está hecho de lo mismo pero no todo tiene
consciencia. Por esto es que es fundamental amar y solo amar, amar lo que
quieres pero especialmente lo que no quieres, amar a quienes están contigo pero
más a quienes están contra ti, porque solo el amor puede oponerse al miedo, al
odio, al rencor, si odias a quien te ha hecho algo es apagar el fuego con
bencina, solo existen dos emociones y solo pueden fabricarse a si mismas y
destruir a la otra, es así de sencillo.
No se trata de dejar de pensar, si
no de emparejar ambos hemisferios del cerebro, se trata de darle control a lo
que sentimos, equilibrio, convertir nuestras emociones en el acto y no solo en
consecuencia, dotar de voluntad nuestros sentimientos. Saber que no hay nada
que temer más que al miedo mismo, no hay más verdad que la que sentimos, no hay
más realidad que la que fabricamos.
León Faras.
Hola León!, uf! muy buena la entrada, ya me puse a buscar esas imágenes del agua y me parece algo bien interesante..habrá que estar más consciente respecto a las emociones.
ResponderEliminarPensar vs sentir ¬¬ uf!.
Hola Belce!! esas imágenes del agua están y es muy interesante....creo que la muestra se llama "mensajes del agua"
ResponderEliminarYo creo que nos falta un buen poco todavía pero para allá vamos...a sentir en vez de pensar tanto...
Cuídate mucho!!...