En la entrada, dos ángeles con descuajadas alas
lloran sin sollozo lágrimas de sangre negra
sintiendo la inmortalidad de la tristeza
de una enmienda tan lejana como el paraíso.
Un mundo tan amplio como la desesperanza
limitado por abismos insondables
donde hierven las inmortales almas
de los que rebasaron su cuota de piedad.
De las paredes de un pasadizo nebuloso
emergen brazos anhelantes y solitarios
sólo capaces de destilar inagotable angustia
reflejada en lamentos luctuosos e ininteligibles.
Las cadenas entonan una sinfonía amarga
acompañada de látigos y martillos
que retumban en la piel de todos los huéspedes
rasgando lo que les queda de humanidad.
Una mujer famélica con su bebe exánime
juega a los dados bajo el cadáver de un árbol
con una bestia de jugosas fauces y ojos fríos
que pierde desdichados en una mala racha.
Criaturas de descarnada piel carmesí
revolotean como moscas sobre la carroña
esperando los restos que serán su festín
en una orgía desenfrenada y tormentosa.
El agua envenena y el viento quema
como la presencia del creador del averno
que engulle el inagotable fruto de su trabajo
servido en bandejas de oro inmaculado.
León Faras.
=)Pss! hola León! pasando por los blogs un ratito antes de dormir,la semana pasada me encontré con la revista Algarabía "De los libros:somos lo que leemos",tiene datos curiosos y al parecer la consigues allá donde estás por 2000 pesitos,me acordé de ti por eso de la historia je. Cuídate mucho y te deseo una excelente semanita!
ResponderEliminarHola Belce!!, Algarabía?...de estar por aquí, seguramente que está, pero no la he visto..."Somos lo que leemos"..ah, entonces dices que yo soy historia?...histórico?, historiador?...mmmm me dejas pensando...
ResponderEliminarvoy a fijarme si en los quiosquitos de por aquí la traen, me gusta eso de "datos curiosos".
Una semana estupenda para ti también. Abrazos!!.