II.
Mi
vida no está entera
sin
de tu saliva, el sabor
sin
el petricor de tu sudor
bañando
tu piel morena.
Tú
has sido la primera,
que
llena de amor mi corazón
lo
mismo que de pasión
la
sangre que corre en mis venas
con
deseo que envenena
hasta
mi último rincón.
Una
lluvia que nunca cesa
un sol
que brilla una eternidad
la más
maciza y fiel verdad
una gran
carga que no pesa
un
sentir de consistencia espesa
del que no
me he de deshacer
así ha
sido mi querer
desde
aquel bonito día
en que
llegó tu compañía
a llenar
todo mi ser.
Quererte
es mi promesa
aunque
no lo quiera prometer
pues
casi es como un deber
que
ocupa toda mi cabeza.
Como el
gato ante su presa
absorto
en su ocupación
con esa
misma devoción
yo te
pienso noche y día
anhelando
tu compañía
tu
cariño y tu pasión.
Que el
amor eterno nunca existió
que solo
habita en la fantasía
en la
imaginación y la poesía
que solo
es un sueño que se vendió
así mismo pensaba yo
antes de
haberte conocido
y
olvidarme del cómo olvido
o de
cómo algo nuevo aprender,
pendiente
sólo de tu querer
como si
ya todo estuviera vivido.
Yo te
querré toda la vida
en
silencio o a toda voz
con
inocencia o pasión feroz
con la ilusión
siempre viva.
Un
sentimiento que no se olvida
y que el
tiempo no consume
mas de persistir
presume
hasta el
límite de la locura
mi
corazón ya no tiene cura
pues su
fiebre sube y sube.
León Faras.
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