miércoles, 18 de noviembre de 2015

Décimas de amor.

II.

Mi vida no está entera
sin de tu saliva, el sabor
sin el petricor de tu sudor
bañando tu piel morena.
Tú has sido la primera,
que llena de amor mi corazón
lo mismo que de pasión
la sangre que corre en mis venas
con deseo que envenena
hasta mi último rincón.

Una lluvia que nunca cesa
un sol que brilla una eternidad
la más maciza y fiel verdad
una gran carga que no pesa
un sentir de consistencia espesa
del que no me he de deshacer
así ha sido mi querer
desde aquel bonito día
en que llegó tu compañía
a llenar todo mi ser.

Quererte es mi promesa
aunque no lo quiera prometer
pues casi es como un deber
que ocupa toda mi cabeza.
Como el gato ante su presa
absorto en su ocupación
con esa misma devoción
yo te pienso noche y día
anhelando tu compañía
tu cariño y tu pasión.

Que el amor eterno nunca existió
que solo habita en la fantasía
en la imaginación y la poesía
que solo es un sueño que se vendió
así mismo pensaba yo
antes de haberte conocido
y olvidarme del cómo olvido
o de cómo algo nuevo aprender,
pendiente sólo de tu querer
como si ya todo estuviera vivido.

Yo te querré toda la vida
en silencio o a toda voz
con inocencia o pasión feroz
con la ilusión siempre viva.
Un sentimiento que no se olvida
y que el tiempo no consume
mas de persistir presume
hasta el límite de la locura
mi corazón ya no tiene cura
pues su fiebre sube y sube.



León Faras.

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