viernes, 1 de julio de 2016

Décimas de amor.

III.

Quererte es mi única salida
mi comezón más persistente
la visión más permanente
una constante en mi vida.
Tierna pasión sin huída
que me atraviesa como sable
de tamaño inimaginable
con la que vivo noche y día.
De quererte más, estallaría
por este amor inalienable.

Tú estás en mi imaginación 
en mi despertar de cada día
en la semilla de mi alegría
en la raíz de mi pasión.
Tú estás en mi corazón
en mi carne y en mis huesos
en mi sangre y en mis sesos
en mis ganas de vivir,
en todo lo que me hace sentir
el sabor intenso de tus besos.

Ya no quiero amarte menos
tampoco puedo amarte más
solo quiero amarte en paz
sin desconfianzas ni recelos.
Sin reemplazos ni relevos
ni sin querer cambiarte nada
ni en tu cuerpo ni en tu cara
ni menos en tu corazón
pues tú eres la razón
de toditas mis desveladas.

Yo quiero todo de usted
sus disgustos y su amor
el perfume y el sabor
de su completa desnudez.
Quiero su aliento al amanecer
quiero el caramelo de su boca
quiero lo que mira y lo que toca
y lo que a nadie le quiere dar.
Yo quiero en usted despertar
el deseo que en mí provoca.

El amor señero que tenemos
y que nadie nos podrá birlar
como no se puede separar
al devoto de su credo.
Es amor puro y sincero
ineludible por naturaleza
que en todo suspiro se expresa
con orgullo y claridad
reafirmando que es verdad
lo que en estos versos se reza.


León Faras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario