jueves, 18 de octubre de 2012

Para Dulcinea.

Pocos han de ser los enemigos
que en tu nombre he de doblegar 
si tu exquisita belleza ha de igualar 
las hazañas que tu servidor ha pretendido 

A todos ellos postraré a tus pies 
derrotados y sometidos a tu escrutinio 
arrepentidos y humildes como un niño 
cuya travesura no volverá a cometer. 

He oído de torvos gigantes 
cuya sola existencia ofende tu beldad 
atrevidos, se jactan de su maldad 
serán polvo bajo los cascos de Rocinante 

Lucharé hasta gastar mi último aliento 
solo para enaltecer tu inmaculado nombre 
y que ningún impertinente en sombre 
tu rutilancia, ineluctable como el viento. 


 León Faras.

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