sábado, 26 de septiembre de 2015

Décimas de amor.

 I.

Un día conocí el amor
y aun no lo puedo creer
que sea tanto mi querer
y sin asomo de dolor.
A mi mundo le dio color,
a mis sueños, un destino
un hormigueo en el intestino
que ya nunca se me quitará
porque te amo de verdá
hasta el fin de mi camino

Ni rezos ni sahumerios
ni retos ni bofetadas
ni del burro sus patadas
ni del diablo sus sacrilegios
ni el más fuerte sortilegio
ni la cara más bonita
ni la tentación más chiquita
ni el más fuerte resplandor
borrarán de mi corazón
tu presencia que me agita.

Yo te amo hasta el agobio
¿cómo no te he de amar?
si ya no te quiero olvidar
aunque amarte sea un oprobio
te amo como el microbio
que ama a su enfermedá
que ataca como tempestá
a nivel de toda el alma
hasta casi caer en cama
y enfermar de gravedá.

Una dulce enfermedad
es andar enamorado
con el pecho acelerado
en inocente ebriedad.
Lleno hasta la saciedad
sin necesidad de alimentos
pues contigo me complemento
y me das lo que necesito
mi corazón está llenito
aunque mi cuerpo sufra tormento.

Yo te quiero, ya no hay caso
si intentarte olvidar
sería como querer usar
del cuchillo su recazo.
guardar oxígeno en un vaso
descomponer una canción
describir en una oración
todo lo que me haces sentir
o tal vez condenar a vivir
al hombre sin su pasión


León Faras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario