domingo, 16 de mayo de 2021

Del otro lado.

 

XL.

 

Gloria estaba realmente preocupada, hablaba con su vecino y amigo Lorenzo Valdés, el cual le explicaba sus complicadas teorías sobre la vida después de la muerte y el más allá, teorías discutidas muchas veces con su amigo Mario Fuentes, Gloria ya no sabía qué pensar, y cualquier explicación le valía mientras le ofreciera una posible solución, en ese momento llegaba el padre José María vestido de paisano, citado por teléfono por la mujer. Lorenzo se despidió prometiendo una visita en los siguientes días, “Padre, gracias por venir tan rápido…” dijo Gloria, saludando al sacerdote con ambas manos e invitándolo a entrar a su departamento, el padre lucía desconcertado, “No hay problema, Gloria, pero dime, ¿qué ha pasado? Te oí realmente angustiada” La mujer lo guió hasta la habitación de su hija muerta, “Lo que hablamos el otro día, está empeorando. La encontramos así, le juro que no he tocado nada…” le advirtió antes de abrir la puerta. El cuarto parecía arrasado por un tornado, o por un nutrido grupo de mafiosos que revuelven un lugar en busca de algo valioso, era un completo desastre, la cama estaba completamente destripada, los cajones arrancados de sus huecos, con sus interiores esparcidos por el piso, los zapatos, violentamente despertados de su letargo, también habían volado en distintas direcciones, nada que hubiese estado posado sobre una superficie seguía ahí, todo estaba esparcido por el piso, a excepción del retrato de Laura, ese seguía ahí y Gloria no lo había tocado, “Mi hija Lucía lo encontró así hoy en la mañana, la pobre quedó tan consternada que se fue a casa de una de sus tías por unos días” El cura entró teniendo cuidado donde pisaba, realmente no sabía muy bien qué decir cuando la mujer le habló de pronto, “Pero eso no es lo peor, mire esto…” dijo, señalando el espejo, este tenía escrito con lápiz labial la palabra “AYUDA” con una letra larga y angulosa, con trazos violentos y desiguales, el cura se fijó en una línea muy recta que atravesaba el espejo de arriba abajo, más o menos en el medio de este, “¿Qué significará esta línea?” preguntó sin ánimos de recibir una respuesta, de todas maneras la mujer no tenía ni idea. “¿Le molestaría si llamo a alguien para que vea esto?” Preguntó el sacerdote, para Gloria, cualquier ayuda que pudiera tener, era buena, por lo que, lo animó a que llamara a quien quisiera. Menos de una hora tardó Olivia en llegar al lugar, Gloria no se la esperaba, creía que el sacerdote llamaría a algún cura especialista de la iglesia o algo así, pero si esa mujer con fama de bruja podía decirle algo que fuese de ayuda, era completamente bienvenida. Olivia entró en la habitación, inmediatamente se fijó en el retrato, como quien se fija en un rayo de sol durante un día completamente nublado y preguntó si había sido recogido, Gloria se apresuró a asegurar que todo estaba como lo encontraron, la bruja se dirigió al cura, “Quiere que sepamos que es ella…” “¿Quién quiere?” preguntó Gloria en el acto, Olivia se dirigió a ella, “Laura, su hija, removió todo pero dejó el retrato en su lugar para decirnos que es ella” Gloria estaba preocupada y confundida, “¿Y quién más podría ser?” Se atrevió a preguntar, la bruja inspeccionaba el lugar como un policía la escena de un crimen, “Solo se asegura de que no hayan confusiones” Respondió, sin ánimos de profundizar, al momento que toda su atención se iba hacía el espejo, “¿Tienes alguna idea de qué significa esa línea en el medio?” Preguntó el cura, Gloria también prestaba atención, Olivia parecía estar resolviendo un complicado cálculo mental durante algunos segundos hasta que finalmente habló meneando la cabeza de lado a lado, “No tengo ni idea de qué podría significar esa línea y por qué atraviesa la palabra ayuda…” Olivia conocía el caso de Laura, sabía que un Escolta le perseguía, y suponía que la chica llamaba la atención y pedía ayuda al sentirse sola y desvalida ante tal criatura, lo que era comprensible, sin embargo, la línea, en verdad no le decía nada en ese momento, “…pero me apostaría el pelo a que fue hecha a propósito y por algún motivo” concluyó la bruja, con la vista fija en el espejo, “Pero, ¿Cuál podría ser ese motivo? ¿Por qué mi hija me pide ayuda?” Preguntó Gloria, mirando a la bruja a través del espejo, esta parecía buscar algo escondido en alguna parte que le diera una respuesta, pero no encontraba nada, “Eso es algo que me gustaría saber…” dijo como para sí, con cierto tono de derrota, luego se giró hacia la dueña de casa, “Pero intentaremos averiguarlo, necesito que me haga un favor, quiero que no toque nada de este cuarto, no recoja nada, no limpie nada, pero necesito que se fije muy bien si en los próximos días, nota algún cambio” “¿Algún cambio?” Repitió Gloria, la bruja asintió, “Sí, tal vez el mensaje no está completo y por eso no podemos entenderlo”

 

Dos días después, a la hora del almuerzo, por fin pudieron reunirse el sacerdote y la bruja en casa del cura, “¿Qué es lo que piensas?” Preguntó este, luego de saludarse y servirse café instantáneo para ambos, Olivia lo miró indefensa, “No sé cómo le vamos a explicar a esa mujer, que su hija será devorada por una criatura que no es más que un espíritu vengativo, que la persigue a ella porque le hicieron algún tipo de hechicería o qué sé yo…” “Para luego tener que decirle que no hay forma humana ni divina de destruir esa cosa… al menos, que conozcamos” agregó el cura. Olivia sorbió su café, “Pero habrá que decírselo, y como dices tú: que sea lo que Dios quiera ¿Qué tal mañana?” Ante el desconcierto del cura, la bruja añadió, “¿No me dejarás hacerlo yo sola, verdad?” El padre puso cara de circunstancia, “Mañana no puedo, ¿Recuerdas ese sacerdote del que te hablé una vez? El padre Benigno… ¿Aquel que tenía más de ciento sesenta años? Pues resulta que finalmente falleció esta madrugada, mañana se le hará una gran ceremonia y debo asistir” Olivia recordaba aquello, asintió al mismo tiempo que se encogía de hombros, “Esperaré a que vuelvas…” Dijo, en ese momento su teléfono sonó dentro de su bolso, “¿Sí…?” “Ajá…” “¿Está segura?” “Lo sé, mañana iré a verla… puede ser. Adiós.” La mujer colgó, se veía preocupada, “¿Malas noticias?” Preguntó el cura, Olivia lo miró con los ojos chiquitos, como si algo indeterminado le doliera, “Era Gloria, dice que sí notó un cambio en la habitación de Laura…” El cura se quedó expectante, la mujer continuó, “…la línea vertical que dividía el espejo en dos, ahora está más ancha” “¿Más ancha? ¿Y eso significa algo?” El cura no entendía nada, pero por la cara de su amiga bruja, sospechaba que algo no estaba del todo bien, Olivia parecía meditar una idea, aunque en realidad, lo que hacía era buscar las palabras para expresarla, “Creo que ya sé lo que significa esa línea, su arroz ya se cocinó, José” el cura creyó entender pero no estaba seguro, “Estás diciendo que…”y completó su frase con los gestos forzados y ademanes de quien quiere que el otro termine con la frase, Olivia lo hizo, “Sí, su tiempo se termina mucho antes de lo que esperábamos, y su mundo se desvanece para darle paso al siguiente” El cura jamás dudaba de los conocimientos de Olivia, por disparatados que sonaran a veces, pero el caso era que, la mayoría de estas veces, no entendía cómo era que alguien podía llegar siquiera a tener tales conocimientos, “¿Eso es lo que significa esa línea en el espejo? ¿Estás segura?” El sacerdote no podía llegar a ver la relación entre una cosa y la otra, la bruja se la tuvo que explicar, “Mi madre tuvo el don antes que yo, ella me lo heredó, se llamaba Luna del Arroyo… Sí, lo sé, mi abuelo tenía un gusto muy artístico para los nombres, de hecho, era titiritero, pero era un nombre muy apropiado para quien era mi madre. Ella murió muy joven, pero me explicó muchas cosas antes de morir… y algunas también después. Ella me habló de la luz negra que baja del cielo, así la llamó, una luz capaz de dividir el cielo en dos” El cura escuchaba con el rostro contraído, como si fuera necesario tensar músculos para entender mejor, “Entonces, ¿Crees que esa luz es la línea que dibujó Laura?” Olivia asintió, “Una luz que crece día tras día hasta absorberte, y eso está bien, es lo que debe pasar, de hecho, para la mayoría, la luz te golpea encima y el cambio de mundo es tan rápido que apenas te enteras” El cura asentía mientras asimilaba todo, “Pero… ¿Por qué para Laura esa luz negra crece lentamente?” Preguntó con auténtica curiosidad, Olivia reflejó en el rostro toda la inmensidad de la ignorancia humana, “Tal vez fallaron en la puntería, o tal vez solo quieren darle dramatismo… ¡Yo qué sé!” dijo en un amargo tono irónico, pero luego reconsideró su respuesta, “…o tal vez sea que sí existe alguien allá arriba después de todo, que se apiada de un inocente que está siendo perseguido por un Escolta, dándole algunos días más de regalo…” El cura se persignó inconscientemente, “Algunos días más, antes de ser completamente borrado del mundo” Concluyó.


León Faras.

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