jueves, 5 de agosto de 2021

Del otro lado.

 

LII.

 

La habitación de Laura estaba muy diferente a la última vez que el cura y la bruja la habían visto, ahora se veía ordenada y limpia. En un rincón, Gloria y su hija Lucía, habían construido un pequeño altar sobre una sencilla pero bonita mesa de rincón bajo el espejo, con el retrato de Laura escoltado por dos estilizados floreros gemelos y precedido por un humilde candelabro de tres velas que rendía honores a la difunta. Frente a esto, y en el suelo, un vigoroso filodendro recibía los primeros rayos del sol de la tarde, que entraban por la ventana. “Fue ahí, justo ahí, en el espejo, donde su figura se formó…” Señaló la mujer, con cierto brillo en los ojos, su hija Lucía se mantenía aferrada a su brazo, sencillamente ella no estaba preparada para una experiencia como esa, y esperaba que a su hermana no se le ocurriera aparecerse frente a ella. Gloria continuó, “…era como un fantasma que hasta parecía flotar, pero solo estaba allí, dentro del espejo. Fue impresionante, pero no sentí miedo” El cura asentía orgánicamente, ahora que había comenzado a ver espíritus, sentía que nada sabía de ellos, la bruja en cambio oía y miraba con atención, como quién quiere descubrir algo que sabe que se le está escapando, “¿Hizo algo? ¿Algún gesto o ademán?” Preguntó la bruja, Gloria repitió el gesto de quien envía un beso a la distancia y luego añadió con plácida resignación, “Estoy segura de que se estaba despidiendo de mí…” Eso era lo que Olivia presentía, Laura no se había entregado al Escolta aún, sino que pensaba hacerlo ahora. No sabía cómo lo había hecho, pero de alguna forma había logrado hacerse visible ante los ojos de su madre, para despedirse de ella en paz, no con la angustiante desesperación con la que pedía ayuda antes, aunque también existía la posibilidad de que todo hubiese sido una alucinación de Gloria, ese tipo de cosas eran más comunes que las mismas manifestaciones espectrales, pensó Olivia. Cuando la bruja salió de su burbuja mental, se dio cuenta de que, tanto el cura como la mujer, le miraban como esperando una respuesta de algo que no se había ni enterado, “¿Eh?” Dijo con una sonrisa incómoda, el padre José María intervino entonces, “Gloria preguntaba qué habría sucedido con el Escolta del que le hablamos…” Eso mismo era lo que se estaba preguntando Olivia, si ese Escolta ya había hecho su trabajo o todavía esperaba su oportunidad, pero no le iba a transmitir sus dudas a la mujer, solo puso gesto inocente y replicó, “Un milagro, creo que ha sido un milagro” Gloria estaba convencida de eso y sabía que no había nada mejor que hacer en esos momentos, más que orar, “Por supuesto…” Respondió el cura, y en el momento en el que todos se ponían de rodillas para hacerlo, Olivia recordó algo, realmente no era algo demasiado convincente, pero era algo, “Empiecen sin mí…” Se excusó y salió del departamento apresuradamente, no era muy lejos donde quería ir, de hecho, era en un bloque vecino. Golpeó la puerta con firmeza, e impaciente y luego de un par de segundos, volvió a golpearla de nuevo, Macarena Ríos abrió la puerta fastidiada por la urgencia, “¡Qué?” “Busco a Richard Cortez” Respondió la bruja. Macarena no sabía quién podía ser esa mujer, pero por su aspecto, no podía ser nadie importante, “Está descansando ¿Qué quiere?” Preguntó agria, Olivia solo quería hablar, pero en ese momento Richard llegó detrás de su mujer y le puso una mano en el hombro, “Tenemos negocios juntos…” Le informó, y Macarena, con una mirada de profunda desconfianza, se retiró a la habitación de su hijo. La bruja fue directa, “¿Aún lo hueles?” Richard no dijo nada, en realidad, no sabía de qué le estaba hablando. La bruja añadió, “El pedo de Satanás, ¿aún lo hueles?” El Chavo asintió despreocupado, “Sí, todavía está aquí” La bruja quiso saber cómo diablos era que podía saber algo así, y el hombre, escudriñando los alrededores, le respondió, “El día en que morí, solo podía sentir ese olor, no el de la descomposición de decenas de cuerpos, no el de los cadáveres masacrados por todas partes, no el de los inocentes quemados vivos en sus propias iglesias o escuelas, sino ése, y fue durante mucho tiempo. En esos años, estoy seguro de que había más de un solo Escolta con cuentas pendientes sobre el mundo, y varios se lo ganaron con creces, con esfuerzo y dedicación, como si se tratase de un maldito premio…” Luego de una pausa, agregó, “No había vuelto a sentirlo hasta el día de la muerte de Laura…” Que un Escolta tuviera un olor particular, era algo que no le hacía ni pizca de sentido, pero le creía, tal vez porque no tenía nada más.

 

La verdad era que, tanto Gastón Huerta, como la propia Julieta, habían dedicado parte de sus noches a mantener alejados a los intrusos de la casa de Alan, para que estos no estropearan el trabajo que estaban haciendo y lo habían logrado en base a jugarles bromas muy pesadas a quienes pretendían usar el lugar para sus propios fines. El truco del “Ahorcado” era el que mejor le resultaba a Huerta, aunque también solía arrastrar cosas pesadas en medio de la noche o simplemente esconderles las pertenencias a los intrusos o cambiárselas de sitio, lo de Julieta, en cambio, era algo diferente, y al propio Gastón le daba un poco de miedo verla. Ella no podía manipular las cosas físicas como lo hacía él, sin embargo hacía trucos increíbles manipulando las energías. Podía apagar o encender velas, había aprendido a reventar vasos presionándolos lo suficiente desde dentro, hacer levitar cosas de poco peso, también le gustaba jugar con una fea y aterradora muñeca hallada en un basurero, a la cual lograba mover sutilmente, pero lo más impresionante era que, ella fue quien consiguió encender el televisor con su propia energía. Alan estaba igualmente impresionado, no solo por el resultado que habían conseguido con la casa, también con las increíbles habilidades de Julieta, las cuales él nunca había visto, ni menos haber tenido, sin embargo, la chica confesaba no haber hecho nunca nada especial, solo las había aprendido con el tiempo, sola y de manera natural, como si siempre hubiesen estado ahí, pero aun así, era muy raro. Cuando el sol comenzó a ponerse, el grupo se disolvió, y cada uno tomó direcciones diferentes. Julieta regresó a la población, pero no se fue inmediatamente a acompañar a Lucas, esa noche había un espectáculo que a ella le encantaba presenciar desde el día en que sus ojos se abrieron por primera vez luego de morir: la luna llena. La primera vez que la vio, no era tan majestuosa, estaba opaca y partida a la mitad, pero cuando la vio llena y luminosa por primera vez, quedó encantada y desde entonces no se perdía ninguna de sus solemnes apariciones. En ese mismo momento el padre José María Werner abandonaba la casa de Gloria para regresar a la propia, atravesando el pequeño parque que decoraba el interior del conjunto habitacional, cuando por casualidad, o tal vez no tanta casualidad, las luces del parque y de todos los bloques se apagaron al unísono. No era tan grave, la luz de la luna acompañaba bien esa noche, sin embargo, una fuente luminosa resaltaba en la noche, el cura quedó congelado, aquella era una niña, una jovencita que parecía emitir su propia luz. Había más personas en el parque, pero solo él parecía verla, y la niña lo notó, devolviéndole la mirada. El cura se acercó embobado, como quien ve una aparición milagrosa y cuando estaba a dos metros, no tuvo más dudas y se dejó caer de rodillas, ante las miradas de incredulidad de un par de transeúntes que pasaban por allí, “¿Quién eres?” Preguntó el cura, anhelante, la aparición le miraba inocente y divertida, “Julieta” Respondió. El sacerdote insistió entonces, “¿Eres un ángel?” La niña sonrió, “No, solo Julieta” En ese momento, las luces regresaron a las farolas del parque y a todos los bloques, y aquella aparición milagrosa se redujo a un pálido espectro de una muchacha que además de muerta, no parecía tener nada de especial. Entonces, los transeúntes se acercaron a ayudar al sacerdote que parecía desorientado o con una nueva descompensación, sin embargo, este estaba bien, pero la chiquilla ya se había ido.


León Faras.

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