viernes, 29 de julio de 2011

Nubes.

Nubes.


Deslumbrante abanico de roles despliega
al compás de los sones de cada estación
dotando al cielo de sentimientos
sin duda consiente de esta relación.

Barcazas levitantes en ciertos momentos
que a la deriva lucen adormecidas
inconscientes del largo de su existencia
esperan su muerte al ser diluidas.

A veces se agrupan con suma paciencia
formando ingentes castillos de ensueño
soldados de vapor vigilan su inocencia
en cuentos de hadas habitan sus dueños.

El agua que acoge del sol su calor
se revela a las leyes con su ascensión
henchida de orgullo reposa en la brisa
la magia termina en la condensación.

La faz de la tierra su llanto acaricia
en sus venas vuelve la roca a cantar
despertando a la hierba de su letargo
las constelaciones tendrán que esperar.

Hábiles artistas su talento es largo
histriónicas cambian en todo momento
la imaginación del niño comienza su vuelo
con sus esculturas en movimiento.

Cuando el sol las tiñe de brillante dorado
hacen del ocaso una bella función
en la noche la luna las baña de plata
siendo mi fuente de inspiración.

León Faras.

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