domingo, 14 de agosto de 2011

Amor ciego.

Amor ciego.


El aire me sabe a ti,
te respiro largo y profundo
reconociendo el aroma
de tu lápiz labial,
sabor de tus besos
que irrumpe en mi mente,
impacientando mi boca,
promoviendo el deseo.
Tu tibio aliento me allana
evidenciando tu presencia,
hasta chocar con el mio.
Cosquillas de cabellos
que rozan mi piel,
mientras levitas
por sobre mi cuello,
mi mano se lanza tras de ti,
capturando un extremo de tu blusa,
oigo tu sonrisa y no imagino
un sonido más bello.
Las yemas de mis dedos
ascienden por tu cuerpo
alternando entre algodón y piel
hasta llegar a tu boca,
una suave mordida,
un inesperado beso,
poco a poco te armo en mi mente,
coordenadas en susurros,
me apodero de tu blusa.
Deposito mi beso en tu hombro,
mi eterno punto de partida,
mis manos me dicen el resto,
las tuyas se enredan en mi pelo.
Cada vez es más fácil
encontrar trozos de piel,
construyendo una ansiedad
que acelera nuestros cuerpos.
No podrías imaginar
todos los aromas
que de ti guarda mi memoria,
no podrías entender
cómo percibo tu belleza.
Atento a tus señales
espero el momento...
No hay mejor lazarillo para mi
que tu corazón.


León Faras.

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