viernes, 16 de septiembre de 2011

Sirenas.


Oscuridad de profundo terciopelo
que amansa al mar y lo enceguece
fundiendo a las aguas con la noche
recordando el temido abismo
antiguo devorador de naves y de hombres

Con las velas enfermas de inercia
y la deriva como timonel
las cartas y mapas se vuelven ignorantes
instrumentos poseídos hablan en lenguas muertas
paréntesis de tiempo de relativa eternidad

Tu canto comienza, agudo y limpio
como cuerdas de acero de una lira celestial
arrullo de dioses que hipnotiza a los elementos
capaz de acariciar el alma de los mortales
diluyendo el límite entre sueños y realidad

Atrevido rayo de luna, como flecha de Eros
provoca en las tinieblas una herida mortal
volviéndote rutilante, como faro de redención
criatura de intransigente belleza
mitad de esmeralda y mitad de albo coral

Demasiado tarde para dejar de amarte
tu voz no deja espacio para nada más
una mirada tuya es suficiente para entregarte el alma
mientras peinas tus cabellos como algas de seda
y me invitas dulcemente a saltar al mar

ya no me pertenezco, sin angustia me hundo
aún siento tu canto dentro mio, abrigándome
son sólo minutos de vida a tu lado
pero no se comparan a una eternidad sin ti.
mis sentidos se extinguen y te sigo amando.

León Faras

2 comentarios:

  1. Vaya es fantástico, excelente poema me ha encantado¡¡¡¡

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  2. Muchas gracias Flor, son muy atractivos para mi estos temas un tanto mitológicos, no?...

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