domingo, 25 de septiembre de 2011

Sobre la mujer.

Escribir para la mujer es una cosa, pero escribir sobre la mujer es algo completamente distinto, casi temerario, es tal la variedad, que es difícil atenerse a algo sin caer en incomodas generalidades, pero trataremos. Por ejemplo es inmemorial la necesidad por ser atractiva, atraer hacia si miradas, deseos, sentimientos, claro que no todas de la misma forma, ni con la misma intensidad, mientras algunas buscan verse sensuales otras son más comedidas, románticas o intelectuales, todo depende del interés que pretenden despertar o quizá solo verse bien sin despertar intereses indeseados, y claro, del contexto que las rodea, la mujer dice mucho a travez de su atuendo. Sin embargo siempre estarán perfectamente presentables, porque esto es algo que tienen dentro, que lo llevan desde siempre, si no comparen a los niñitos y a las niñitas a la salida del colegio, y esto hay que tenerlo muy claro, sobre todo cuando una fémina se presenta ante uno y le espeta con una sonrisa radiante la pregunta: “¿cómo me veo?”, uno, a veces despistado puede pensar que le están pidiendo una opinión objetiva, pero no, lo que ella quiere es una confirmación de que se ve bien, porque uno jamás va a tener conocimiento de todos los factores que se tomaron en cuenta a la hora de elegir el atuendo como para poder opinar, y dependiendo de la mujer, uno debe ser más o menos efusivo, puesto que, un simple “bien” puede ser interpretado como un “podría ser mejor” y demoler todo el trabajo invertido por ella en su imagen, con sus consiguientes consecuencias, tampoco es recomendable sugerir un atuendo distinto al adoptado, a menos que se cuente con algún manual estadístico y debidamente actualizado de las prendas que ella posee, respaldado por un historial de dichas prendas que incluya la última vez que fue usada, el contexto de tal uso, y los individuos presentes en aquella oportunidad, por lo menos. Ahora, hay chicas que jamás te preguntarán nada respecto a su imagen, porque sencillamente no lo necesitan o no les interesa o tienen un estilo marcadamente definido al cual se atienen por sobre lo que los demás piensen.

También podríamos referirnos a que la mujer puede ser algo volátil emocionalmente, es decir, que pasa de un estado a otro transversalmente opuesto con relativa facilidad, esto atribuible a sus vaivenes hormonales que, ningún hombre comprenderá nunca debidamente. En otras ocasiones un abrupto cambio de ánimo puede deberse a su desarrollada intuición, la cual usan en forma inconsciente y en ocasiones, desconcierta, porque uno no capta lo que para ellas es evidente, y el mensaje derechamente se pierde en algún lugar de la estratosfera provocando cierta frustración en ella, así como también, la afición al uso de indirectas, cualidad muy propia de la sutileza femenina, de la delicadeza con la que están, en su mayoría, acostumbradas a actuar, y este es un punto no menor, pues el hombre, salvo pocas excepciones, no es bueno con las indirectas, ni con los eufemismos ni con los mensajes codificados, sobre todo cuando uno, debido a los designios de la sociedad imperante, pasó todo su tiempo de aprendizaje y adaptación, en colegios monosexuales, donde cual de todos sabía menos de la rara naturaleza femenina. La sutileza, la delicadeza, la entrega, se pueden derivar de su intrínseca vocación de madres, lo sean o no (madres, digo), están hechas para serlo, física y sicológicamente y hay, para ese puesto condiciones que la mujer tiene por el solo hecho de ser mujer, por ejemplo dedicación, paciencia, afecto, minuciosidad, por nombrar algunos ejemplos, cualidades que abarcan todas sus actividades.

La mujer es un ser al que nunca, salvo casos particulares, se le han restringido sus emociones, ni a nivel de su vida ni a nivel histórico, por lo tanto las exhibe con soltura sean buenas o no, algunas con demasiada soltura, bueno, para ser justos en tiempos pasados la risa en la mujer debía ser decorosa, casi imperceptible, algo así como el llanto en el hombre, pero eso es algo que se ha diluido en el tiempo, aunque claramente no por completo, como sea, exteriorizan con facilidad lo que sienten, incluso cuando pretenden esconderlo, pues, lo que no dice su boca lo dice todo su cuerpo, y esto es algo que en ocasiones puede ser muy evidente. El lenguaje corporal en la mujer debe venir de tiempos remotos, cuando la mujer no estaba tan liberada para decir lo que quisiera, cuando quisiera y a quien quisiera, una sola mirada “de esas” puede ser muchísimo más decidora que mil indirectas, y frecuentemente más efectiva también.

No creo que haya alguna mujer que no ame los detalles, esas cositas pequeñas pero inesperadas que la hacen tener presente que están presentes, valga la redundancia, en la mente de alguien (cabe destacar que ese alguien sea del gusto de ella), importantes para mantener los sentimientos que sustentan la relación o talvez para proveerles la seguridad que necesitan, la seguridad de que lo que sienten es recíproco, de que no están entregando o entregándose demasiado, porque este es un temor que se le inculca desde pequeñas, fundamentado en los inacabables ejemplos de mujeres que deben enfrentar embarazos solas o en la experiencia de muchas mujeres de haberse sentido utilizadas, sin sentimientos de por medio, cuando lo que se esperaba o lo que se les dio a entender era una relación proyectada de aquí a la eternidad.

Bueno, creo que me he dilatado demasiado, y a veces, la cantidad merma en la calidad. Después de todo, a las mujeres no hay que entenderlas si no quererlas.

2 comentarios:

  1. Wow,me ha encantando!,oh saludos León je.Dices muchas verdades,en mi rostro se han asomado varias sonrisas y traigo media lágrima de fuera,no importa.Qué atinado,he andando metida en temas femeninos,en los porqués de esto y de lo otro,de conocernos,aceptarnos y querernos porque solas nos ponemos trampas,dejamos que nos pongan otras y demás. Gracias. =I aaah si...echaré un ojo a la pluma afilada. Que tengas buen inicio de semana!!!

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  2. Belce, como siempre un gusto saludarte.
    Junto con el cambio de imagen, hice una nueva categoría "divagaciones".
    Me alegra que siendo mujer te haya gustado, y mejor si te he sacado alguna sonrisa...No te dejes engañar eh, a pesar del escrito, siguen siendo como el universo, puedes maravillarte con él, pero no entenderlo, no del todo...suerte de todas maneras.

    Que estés muy bien y cuídate mucho.

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