jueves, 11 de julio de 2019

La Hacedora de vida.


11.

Pensaron en irse a celebrar, Yen Zardo era el más animado, pero Dixi los mandó a todos al infierno, sólo quería darse un baño porque de verdad apestaba, comer algo y luego dormir doce horas sin que nadie la molestara. Luego de unos segundos, todos estuvieron de acuerdo en que necesitaban exactamente lo mismo. Era apenas mediodía cuando Nora y Dixi entraron a su casa, abrazadas, parecían dos borrachas, pero sólo traían una enorme mezcla de felicidad y agotamiento en las venas. Se quedaron paradas tratando de entender qué rayos hacía un hombre calvo tragando sus hojuelas de colores y una mujer menuda de cabello rojo devorando los restos de su flan fucsia en su casa, el hombre se puso de pie pasándose la mano por el bigote y el mentón para quitarse los restos de hojuelas, “Soy el agente Ted Sarco y ella es mi compañera, la agente Dina Popov ¿Es usted…” revisó su libreta, “…Nora?” Nora lo miraba con los ojos pequeñitos, como si le costara enfocar, “Sí…” A esas alturas, no sonaba muy convincente, pero fue suficiente para el agente Sarco, quien miró a su compañera para hacerle notar que la chica que buscaban, no era la ciega, “¿Podemos hablar con usted?”Nora parecía un auténtico muerto viviente que tardaba minutos en procesar cualquier información, “¿Ahora…?” Dixi no entendía nada de lo que estaba pasando, y tampoco le interesaba entender, se fue hacia el baño “Necesito un baño, apesto y estoy a punto de orinarme encima… otra vez” Dina, diligente, se adelantó en llegar al mueble de las toallas, “Permítame ayudarla con las toallas, ¿Cuál prefiere, la roja o la blanca?” Dixi eligió la blanca, pero la agente Popov le pasó la roja, al ver que la ciega no se había enterado de nada, le dirigió una mirada a su compañero acompañada de una sonrisita chueca, para hacerle notar que, tal como ella lo había mencionado, con el Audio-visor no se podía diferenciar colores. “Seremos breves…” dijo el hombre, consultando su libreta, “…mi compañera y yo, hemos estado rastreando el paradero de un robot BR-15 uno en particular, número: 2-32-181-7, ¿lo conoce?” Nora pestañeaba, se restregó los ojos, cansada y luego siguió pestañeando, “¿Qué…?” Aquellas cifras no tenían eco en su cerebro agotado. Dina Popov intervino, “Escuche, hemos rastreado ese robot durante meses, por toda la ciudad, ¿Sabe todo lo que puede moverse un robot mensajero en un solo día? Pues ese rastro termina ahí…” Popov señaló la entrada con su dedo “…justo en su puerta. Ahora debe decirnos, qué sabe sobre ese robot BR-15” “Mi nombre es Boris” le respondió la puerta. Allí venían entrando los muchachos, bañados en sudor y con los niveles de oxígeno al mínimo, luego de haber tenido que cargar la silla y el robot por separado, pero esta vez, escaleras arriba. Dina Popov miró a Nora con una ceja levantada, “¿Le puso nombre?” no la dejó responder, le dirigió una sonrisa burlesca a su compañero “Yo le llamo Hugo, a mi esterilizador” Nora no estaba en condiciones de procesar adecuadamente el sarcasmo, pero aun así se defendió diciendo que ella no le había puesto nombre a un robot, “Él dice que se llama así…” agregó Zardo sin que le preguntaran y buscó la confirmación de su amigo Rochi, “…¿verdad?” Rochi asintió con la cabeza, aún no estaba completamente recuperado para usar el habla. Dixi salió del baño envuelta a medias en una toalla roja, “Nora, ayúdame, no llevo puesto el Audio-visor” Nora fue con ella, “Escuchen, tengo que irme, ¿Sí? Estoy molida y mi hermana necesita mi ayuda… ustedes…” no terminó la frase con palabras, pero lo hizo con gestos y ademanes más que suficientes, para Ted y Dina eso era perfecto, necesitaban un momento a solas para confirmar que ese era el BR-15 que buscaban y si era, debía tener un montón de información valiosa que ofrecerles. Reni Rochi levantó una mano y se fue sin que le dijeran nada, a Yen lo tuvo que invitar el agente Sarco a salir para cerrar la puerta, mientras la agente Popov abría su maletín sobre la mesa y encendía el ordenador que estaba dentro.

Seis horas después, Nora salió de su cuarto para buscar algo de beber, sólo encontró un poco de limonada, o sólo su miserable sucedáneo. Aún tenía sueño y pensaba volver a la cama, pero se encontró con que los agentes aún estaban en su casa hablando con Boris mientras Dina tomaba nota de todo. Nora llevaba una camiseta sobre su ropa interior con la que dormía, “¿Algún problema?” preguntó con cara de inocencia, ahora, eran los agentes quienes lucían cansados, Dina se restregó los ojos bajo sus gafas, “Tu amigo… Boris, es un tipo especial. Pensábamos extraerle el núcleo, conectarlo a nuestro ordenador y sacar la información que necesitamos, no más de una hora, pero su núcleo original fue reemplazado, lo que nos dejaba sin nada y nos devolvía de nuevo al principio, pero nuestro amigo nos comenzó a contar una historia de lo más interesante, que es la historia que queríamos escuchar” Nora redobló su cara de inocencia, “Yo les juro que no fue mi culpa que se electrocutara” Ted, luego de mirar a la chica algunos segundos, decidió hablar, “Mírelo, un BR-15, obsoleto, sólo hay dos o tres más en toda la Isla…” “Dos” intervino Dina, Ted continuó, “…ineficientes y limitados para las nuevas exigencias, Boris fue enviado, como la mayoría de los otros BR-15 a los bosques de chatarra de Arenas Blancas, desechado, pero regresó, caminando, ¿Quién te reparó y te envió de vuelta Boris?” El robot lo miró, Ted miraba a Nora y Nora miraba a Boris, “Richcor me reparó y me envió de regreso a la Isla” “¿Qué es Richcor?” preguntó Nora, Dina tomó una bocanada de aire, “No qué, sino quién, niña, Richcor es la clave, es lo que estamos buscando y es un hombre, pero no uno cualquiera, uno que lleva años viviendo allá afuera, su existencia está confirmada, pero necesitamos encontrarlo” Dixi apareció en ese momento, llevaba un pijama de cuerpo completo de una sola pieza, había estado oyendo todo desde hace unos minutos “¿Y por qué no lo han ido a buscar a los bosques de chatarra si saben que está ahí?” Ted Sarco y Dina Popov se miraron, “¿Han estado ahí?” las chicas negaron con la cabeza, Ted continuó, “El tamaño de los bosques de chatarra es… colosal, al menos, la mitad de toda la Isla, pero además, tiene doce metros de profundidad en su parte más profunda, sin contar su altura sobre la superficie de las arenas, desde la caída de la industria, no ha parado de crecer. Buscar un hombre ahí llevaría más tiempo del que se puede sobrevivir en un lugar así, pero Boris sabe dónde buscar, él vivió con Richcor durante un tiempo y de alguna manera, lo recuerda” El robot bajó la vista al suelo, “Sólo recuerdo que alguna vez lo soñé” “No lo soñaste, sucedió” lo corrigió Dina, el robot la miró a los ojos, “Entonces sucedió mientras estaba soñando” “Y si no es posible sobrevivir en un lugar así, ¿Cómo es que ese Richcor lo hace?” pregunto Dixi, Dina miró a Boris, “Esa es la clave.” y luego, mirando a las muchachas, agregó “¿No lo han notado? Ya casi no hay niños, no podemos criarlos porque no podemos alimentarlos, y los que lo logran, lo hacen con mutaciones o defectuosos…” Dina se quitó las gafas, el iris de sus ojos era totalmente blanco “…nos estamos extinguiendo, atrapados en una isla, esperando a que muera el último de nosotros o hasta que las tormentas del desierto finalmente nos alcancen y se traguen toda esta ciudad. La única forma de sobrevivir es salir de la Isla, en algún lugar, después de muchos días y días de desierto, debe haber algo más, un lugar más apto, tal vez otras personas que ni siquiera saben que existimos, y ese hombre, Richcor, es el único que conocemos, capaz de sobrevivir allá afuera…” “Bueno…” dijo Boris, cambiando el tema de la conversación, “…Si quieren que les acompañe, tendrán que venir ellos también” Dina Popov lo miró incrédula, “¿Ellos?” El robot continuó, “¡Claro! Nora es la Hacedora de Vida, me dio vida a mí, su don es único y genial, y de seguro muy útil; Dixi es la chica más inteligente que conocerán, ganó el Juego de Orión dejando sólo la ficha negra, es la primera vez que alguien lo logra, y aun siendo ciega; Reni Rochi es un excelente soldador, puede reparar casi cualquier cosa, muy hábil y Yen Zardo…” Boris no supo qué decir, “…bueno, todo grupo necesita un Yen Zardo” Dina miró a Ted y éste miró a las muchachas, “Al decir verdad, tampoco es que nosotros tengamos un grupo especial formado para estos casos, los voluntarios escasean en estos tiempos y en estas tierras, pero, son ustedes quienes deciden” Nora miró a Dixi para preguntarle qué opinaba, ésta no lo dudó, “¡Yo voy!” Nora no podía entender por qué tanta convicción en su respuesta, su hermana continuó “Ellos tienen razón, este lugar es la muerte que se cierra como un nudo en nuestros cuellos, en todas partes se percibe como la vida nos está abandonando de a poco y a nadie parece importarle. Lo soportamos porque no conocemos nada más, pero si hay una mínima posibilidad de encontrar algo más, algo diferente, entonces yo quiero estar ahí… pero antes quiero mi Audio-visor 5000”


Fin de la Primera parte.



León Faras.

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